La Hermandad de los Números
Descripción
En el vasto reino de Numeria, donde los dígitos vivían en armonía y las operaciones eran ley, existía una antigua profecía:
"Dos números, si verdaderamente son amigos, se reconocerán por el reflejo de sus divisores."
No era una amistad cualquiera. No bastaba con compartir múltiplos o tener factores comunes. La verdadera Hermandad Numérica se basaba en un vínculo profundo: si la suma de los divisores propios de un número m daba exactamente n, y la suma de los divisores propios de n devolvía m, entonces esos dos números eran considerados Amigos Eternos.
Muchos números vagaban por Numeria buscando a su par. Algunos encontraban primos, otros gemelos, pero los números amigos eran raros, casi míticos. Se decía que el primer par en encontrarse fue 220 y 284, y desde entonces, los sabios matemáticos intentaban descubrir más.
Un joven programador, aprendiz del gran maestro Euclides, decidió crear un hechizo digital: un programa que pudiera detectar estos lazos invisibles.
Su código debía leer dos números: m y n. Luego calcular la suma de sus divisores propios (todos los divisores menores que el número). Y finalmente, verificar si m y n se reflejaban mutuamente en sus sumas. Si lo lograba, el programa no solo encontraría amigos, sino que uniría almas numéricas separadas por siglos de cálculo. Y así, entre bucles y condiciones, nació el Detector de Amistades Numéricas, una herramienta que revelaba los vínculos secretos del universo matemático.
Entrada
Se ingresarán dos números N y M, ambos enteros positivos.
Salida
Escribe SI si los números son Amigos Eternos y NO en caso contrario